A esta sociedad se unen algunos jóvenes representantes del laicado católico: Antonio J. Rius, Vicente Ponce de León, Hipólito Gallinal y Jacinto Casaravilla, quienes se convertirán en pilares de este proceso.


Vinculados a Mariano Soler, joven sacerdote recién llegado de completar su formación en Roma, deciden acercarse al vicario Jacinto Vera, pastor y orientador de la Iglesia uruguaya.


Con el proyecto de preparar la fundación de un instituto católico de estudios superiores, se reforma la Sociedad y es transformada en el Club Católico de Montevideo.