El desafío permanente de evangelizar la cultura

Redacción: Camilo Genta – Foto: Federico Gutiérrez / Iglesia Católica de Montevideo

Desde el pasado mes de junio el Club Católico tiene nuevo presidente. Su nombre es Daniel Campón, laico, casado con Patricia y padre de cuatro hijos. Entre Todos dialogó con él para conocer más de su vida, y del presente y futuro del Club.

Como ha sucedido en muchos ámbi­tos de la sociedad, la pandemia tras­tocó los planes y objetivos de muchas instituciones. El Club Católico no ha sido la excepción.

El arribo de Daniel Campón a la presidencia del Club estaba proyectado para la primera mitad de este año, pero se concretó sobre el mes de junio.

“La propuesta me llega justo cuando estaba por comenzar la pandemia. El P. Mathías Soiza, actual Vica­rio Pastoral, me llamó para comentarme que se estaba buscando a alguien para ocupar este lugar. Me pidió que lo pensara, que lo eva­luara y así quedó; porque llegó el COVID-19 y muchas cosas quedaron pausadas”, comenta Campón.

La nueva realidad planteó nuevos desafíos, en la que la presencialidad fue un asunto a resolver. “Recién nos pudimos reunir por pri­mera vez con el equipo de trabajo, mediante Zoom, a mediados de junio. La segunda reunión fue un mes después, en julio, y también fue virtual. En esos encuen­tros nos fuimos viendo y conociendo”, cuenta el nuevo presidente del Club Católico.

La incertidumbre sobre el distanciamiento social y cómo gestionarlo es parte de las preocupaciones de la nueva directiva. “Nos urge la pregunta de qué hacer y cómo ir organizando las distintas comisiones. Hay varios proyectos planteados a la espera de qué va a suce­der”, asegura.

El cristianismo en la cultura montevideana

El Club Católico se define como “un lugar de identidad, encuentro y pertenencia de los católicos, en diálogo abierto con la cultura. Es, además, un instrumento de evangelización, un promotor de la cultura y un generador de pensamiento católico”. Dada esta definición, Daniel Campón subraya que el objetivo general del Club es incidir en la cultura, es decir, mostrar la identidad católica en la cultura montevideana. “A veces pienso, si para Zorri­lla de San Martín o Francisco Bauzá, que en su comienzo fueron quienes llevaron ade­lante esto y se enfrentaron al Ateneo de Montevideo, el racionalismo, el ateísmo o el agnosticismo, fue un difí­cil; para nosotros también hoy es un desafío, ante una sociedad sumamente a con­tra pelo de los valores cristia­nos”, reflexiona.

Para Campón el trabajo de las distintas comisiones (cinco en total) en el Club es vital. Entiende, además que “siempre este camino de ir evangelizando la cultura debe estar orientado hacia las personas, con su dignidad en primer lugar. Pensemos en nuestra actitud hacia las personas más vulnerables, más pobres, y la actitud a la que nos llama el Papa Fran­cisco. También evangelizar la cultura propendiendo a leyes que cuiden la vida, que la promuevan. Evangelizar la cultura con lo referido al arte y sus manifestaciones. También con una cultura del trabajo, no con una mirada utilitaria de la persona, sino con la persona como fin en sí misma. Hay mucho para aportar desde este diálogo fe- cultura”.

La familia y la experiencia de Iglesia

Cuando a Daniel Campón le llega la propuesta para presidir el Club Católico, la primera pregunta que pasó por su mente fue cómo sur­gió su nombre.

“El P. Mathías Soiza me dijo que precisaban a alguien que sea de mediana edad, que además pueda trabajar en equipo. Ya me conocía de la pastoral matrimonial y familiar, y también dando en estos temas una mano para la Academia de Líderes Cató­licos del Uruguay”, relata el novel presidente.

Justamente, el tema de la familia es fundamental para Campón a la hora de explicar su camino de fe y su servicio. “Mi conversión es post-matrimonial, por una esposa que reza, y a partir allí que voy aden­trándome y sumándome; y teniendo una experiencia de encuentro con el Señor”, comparte. Ser padre de cuatro hijos, una familia grande para los paráme­tros actuales, también lo movilizó a interesarse y formarse más en el tema.

Así fue que en 2006 sur­gió un viaje al Encuentro Mundial de las Familias, que se desarrolló en Valen­cia. “Era la primera aproxi­mación a un congreso teo­lógico, a una instancia de formación. Y por supuesto la vivencia, muy fuerte, de una Iglesia universal que yo nunca había tenido”, rememora.

Esta experiencia trajo aparejada la posterior par­ticipación del matrimo­nio en la Pastoral Fami­liar, tanto a nivel nacional, como diocesano; y más adelante la posibilidad de un estudio más sistemático del tema Familia.

Reconoce que ser pre­sidente del Club Católico, lo vive como un servicio a la Iglesia. De la misma forma que él y su esposa, Patricia, viven el matrimonio: “es una misión, nunca una carga, es el llamado especial que recibi­mos, para vivirlo y para darlo”.

Alegría por el trabajo de la Iglesia

Una de sus primeras acti­vidades como presidente del Club fue participar de dos de los encuentros de la Iglesia con los candida­tos a la Intendencia; con la Ec. Laura Raffo y con el Dr. Álvaro Villar.

Para Campón estas ins­tancias sirvieron para “mos­trar lo que la Iglesia hace en Montevideo. Creo que ellos lo vivieron con sorpresa al ver las dimensiones del tra­bajo que se realiza”. Y con­cluye: “uno se pone feliz de formar parte de esta Iglesia, que ya venía en salida desde antes, que no precisó la pan­demia para salir”.

Perfil: Daniel Campón

Nació en Montevideo hace 55 años. Está casado con Patricia Todeschini y es padre de cuatro hijos; Ignacio, Andrés, María Victoria y Francisco.

Es abogado y escribano público, además de traductor de italiano. Magíster en Matrimonio y Familia por la Universidad de Málaga.

Trabaja como funcionario en la Embajada de Italia en Montevideo. Trabaja, junto a su esposa, en pastoral familiar.

Artículo publicado originalmente en quincenario Entre Todos Nº. 480.